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Nació en Curazao, hace casi 100 años, en 1926, pero de eso muy pocos o casi nadie se acuerda, pues todos coinciden que Norma Díaz es un patrimonio de la nación dominicana y al día de hoy, resulta imposible hablar del estrecho vínculo entre la mujer y el deporte en Quisqueya, sin mencionar su nombre siquiera.

En recortes de periódicos y crónicas de los años 40 y 50, era bastante común leer de modo asiduo sobre una chica que había quedado seducida por el mundillo de las bolas y los strikes, al que se entregó desde el primer momento, tras un breve paso por el sóftbol.

El legado

“La chica del swing de oro” le nombraron en aquel tiempo y si bien era imposible pensar que una mujer podría abrirse camino en la pelota, Norma logró adentrarse en la disciplina en medio de una sociedad marcada por la herencia de esa tradición judeocristiana traída por lo españoles, en la que la mujer era un mero objeto de uso y nada más.

La vida de Norma siempre estuvo ligada al deporte y además de béisbol y sóftbol, también practicó voleibol y lucha libre, llegando a competir incluso en torneos mixtos que se organizaban por aquel entonces.

La fundadora de la famosa, Liga Oeste, alcanzó prestigio no solo por ser promotora del deporte, en este caso el béisbol, sino por difundir de igual modo valores intrínsecos a la formación de todo buen atleta, en particular la honradez y la disciplina.

Todo un símbolo

En este sentido, al hablar de Los Mina se impone hablar también de Norma Díaz, quien además de fundar la Liga de Béisbol que lleva su nombre allá por 1969, se ha encargado de intensificar la práctica de la actividad física en este sector, siempre en beneficios de los jóvenes y de la sociedad en general.

Todos respetan y admiran a Doña Norma, una mujer que muestra en su rostro las saetas que ha dejado las inclemencias del tiempo, pero a pesar de ello no ha parado de soñar.