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Es la mejor, lo ha sido desde aquel día, cuando con solo 15 años se convirtió en Gran Maestra, batiendo para ese entonces el récord del legendario Bobby Fischer.

Antes habían estado Vera Menchik y Sonja Graf, pero sin dudas, Judit Polgár, aquella muchacha de mirada viva y encantadora sonrisa que con solo 12 años deslumbró a todos al ganar medalla de oro en unas Olimpiadas de Ajedrez; Polgár ha trascendido como la más grande de todos los tiempos.

El legado

Esa es la perspectiva que se impone al día de hoy, pues la nacida en Budapest, capital de Hungría allá por 1976, dominó el mundo de los trebejos en la rama femenina durante 25 años.

Entre 1989 y 2014, momento este en el que decide acogerse al retiro, era imposible no hablar de ajedrez sin mencionar el nombre de Judit Polgar.

La figura en contexto

Elegante y fina, temeraria, osada, sin límites hasta llegar a lo impensable; todo en Polgár era clásico, daba esa impresión, como el gambito de dama, su jugada predilecta, esa que casi patentizó.

Siempre estuvo en la élite, ganando y perdiendo con los mejores; Boris Spassky, Veselin Topalov, Ruslan Ponomariov, Anatoly Karpov, Vladimir Krámnik, el indio Viswanathan Anand y el legendario Garry Kaspárov.

 Momentos cumbres

Precisamente contra Kaspárov logró uno de sus hitos más sonados, al convertirse en la única mujer en vencer a un jugador que ha sido número uno del mundo.

De igual modo en 2005, ya convertida en el gran referente que conocemos hoy, la atleta magiar alcanza la que bien pudo ser su cota más alta, cuando logró situarse en el puesto número 8 del escalafón global.

Tras decir adiós a la actividad profesional, Judit Polgár se ha mantenido vinculada al ajedrez, tanto en funciones de entrenadora de los equipos húngaros, como desarrollando diferentes labores sociales.