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La Major League Baseball hizo historia el jueves por la noche, cuando los San Francisco Giants y los St. Louis Cardinals jugaron el primer partido de la liga en el Rickwood Field. Para aquellos que no conozcan la importancia del parque, Rickwood Field está ubicado en Birmingham, Alabama, y solía ser el hogar de los Birmingham Black Barons de la Liga Negra. (También es, apropiadamente, donde el difunto Willie Mays comenzó su carrera profesional).
Antes del inicio de la competencia del jueves, el jardinero del Salón de la Fama Reggie Jackson ofreció su perspectiva sobre lo que significaba para él regresar a Rickwood, donde jugó como miembro de los Birmingham A’s (la entonces filial Doble-A de los Kansas City A’s) en 1967.
Mr. octubre, habló sobre la realidad de crecer como un joven jugador negro bajo Jim Crow durante una aparición televisada en vivo a nivel nacional el jueves. Entre las características expresadas por las estrellas de Hollywood en la cobertura previa al juego de Fox del histórico juego Rickwood Field de la Major League Baseball, Jackson recordó las burlas, los epítetos raciales y las amenazas de violencia que enfrentó cuando un jugador de ligas menores derramó lágrimas.
Alex Rodriguez asked a question. Reggie Jackson answered it.
(Shouts to the producer and rest of the desk for staying out of Reggie’s way and just letting him talk. I doubt they expected this answer. But it’s a great few minutes of television.)pic.twitter.com/7WqjlppvF8
— Gary Parrish (@GaryParrishCBS) June 21, 2024
“Dije que no quería volver a hacerlo nunca más”, dijo Jackson, cuyos comentarios fueron insensibles. “Iba a restaurantes y me señalaban y decían: ‘Negro no puedes comer aquí’. Iba a un hotel y me decían: ‘Negro no puedes quedarte aquí’…’me dijeron la palabra con N, ‘no puedes entrar aquí’.”
El juego fue planeado como una celebración de las Ligas Negras y sus jugadores con un homenaje especial a Willie Mays, el miembro del Salón de la Fama y exjugador de los Birmingham Black Barons que murió el martes a la edad de 93 años. Pero la entrevista de Jackson fue un recordatorio de que él y muchos otros trabajaron no solo en Rickwood, sino también fuera de sus muros.