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Todos los entendidos del béisbol saben cuánto talento albergan Mike Trout y Shohei Ohtani, eso seguro. Ambos talentos son de lo mejor que tienen para ofrecer las Grandes Ligas en estos momentos y, sin embargo, cuesta no verlos trascender más allá de la fase regular debido al bajo nivel del club en el que militan: los Angelinos de Los Ángeles.
Por esta razón, cada vez que llega la época en que los equipos pueden intercambiar peloteros se abre un panorama inmenso de posibilidades dentro del cual, obviamente, los fanáticos no descartan el escenario en el que tanto el jardinero central como el lanzador/bateador designado abandonan su actual divisa y se van a otra en la que tendrían chances reales de alcanzar los playoffs y luchar por un anillo de Serie Mundial.
¿Adónde deberían ir?
Varios son los equipos que tienen potencial para contender por el título de Las Mayores, pero muy pocos los que pueden costear el salario de 2 fenómenos del juego como El Meteoro de Millville y The Showtime. No obstante, se ha hablado siempre de que conjuntos como los Mets de Nueva York, los Padres de San Diego, los Yankees de Nueva York y los Dodgers de Los Ángeles serían los principales candidatos. Eso sí, cada uno con sus ventajas y desventajas a la hora de intentar emprender una hipotética negociación.
¿Cuáles son los caminos?
Una de las vías que los fanáticos y los analistas ven factible es esa en la que los Halos prácticamente se rindan. Sí, se lee descabellado, aunque no lo es tanto. Quizás se den cuenta de que clasificar es muy complicado y quieran adquirir peloteros que les permitan armar una nómina mucho más equilibrada a largo plazo.
Es ahí donde Trout y Ohtani se vuelven fichas de cambio muy apetecibles por las cuales se pueden obtener fácilmente entre 4 y 6 prospectos de buen nivel por cada uno. Entonces, es como algo poco probable, pero no imposible.
Después, está el hecho de que las propias figuras soliciten su traspaso, algo que tampoco es algo que no pueda llegar a pasar, ya que sabemos que a todo atleta de élite le pueden las ganas de ganar y no es poca cosa que se vean en una novena que ni siquiera presenta síntomas de que puede competir por algo grande.
Eso sí, todas estas no son más que conjeturas, mas las cartas están echadas una vez más. Amanecerá y veremos.
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