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Al escribir tal parece que se habla de un fenómeno reciente, que ocurrió ayer o hace dos días o un mes incluso, al menos en perspectiva puede ser esa la idea o la noción o algo siquiera en este sentido, sin embargo la historia, esta que acá se cuenta, esta historia se remonta a un tiempo lejano ya, demasiado lejano diría sin temor a equivocarme.
Fue hace unos sesenta años, cuando Fidel Castro decidió abolir el profesionalismo en Cuba y el béisbol se convirtió en blanco perfecto de aquella especie de “designio divino” y en consecuencia la prestigiosa Liga Cubana de Béisbol Profesional dejó de existir. Desde entonces en la Isla se comenzó a vivir en una especie de universo paralelo en el cual la llamada ” pelota libre” estuvo llamada a triunfar sobre la ” pelota esclava”.
La desmemoria
Así, de sopetón, toda la tradición beisbolera antes de 1959 desapareció, como si se tratase de un cuento o una fábula mal contada. Aquello fue tal que nombres que eran idolatrados por la afición cubana quedaron prohibidos, diganse Tony Oliva, Dagoberto Campaneris o el legendario Orestes Miñoso. De igual modo fue barrido del mapa todo lo que aludiera a Grandes Ligas y así de modo dramático y hasta mezquino se fue gestando una ficción que con el paso de los años vendría a lacerar el alma de miles y miles de cubanos.
Nadie o muy pocos o algunos iluminados entendían el porqué de aquello, lo llamaron traidores, desertores, escorias, lo siguen haciendo, de un modo más sutil, pero aquella narrativa que irrumpió allá por los años 80 del pasado siglo, justo cuando Barbaro Garbey decidió escapar para probar suerte en Estados Unidos se enquistó para siempre en la conciencia de millones.
El falso tótem de la ” pelota libre”
Garbey fue el abanderado, el primer pelotero que luego de jugar en Series Nacionales se cansó de discursos y de diplomas, de que esperar a una casa o un viaje al extranjero para unos Juegos Panamericanos o algún torneo cualquiera, fuese el mayor reconociendo al que se pudiera aspirar, sencillamente dejó de creer en las propuestas vacías y el falso tótem que representaba la ” pelota libre”.
Triunfó con los Tigres de Detroit, tuvo su anillo y su éxito sentó las bases para que después otros siguieran su camino, René Arocha, Liván y Orlando Hernández, también Denis Báez , Rolando Arrojo, Jorge Luis Toca, Osvaldo Fernández, Luis Álvarez Estrada, Ivan Álvarez, Jesus Ametller, Osmani Estrada; hasta llegar a Yulieski Gurriel, Aroldis Chapman y César Prieto; la lista de ” desertores” es inmensa, acá pudieran estar algunos de los nombres más prominentes.
El drama continúa
Al momento de escribir este texto, todavía trasciende la noticia de que Iván Prieto, receptor de bullpen del equipo Cuba que participó en el quinto Clásico Mundial decidió quedarse en Estados Unidos, convirtiéndose de esta manera en el primer ” desertor” cubano en este tipo de eventos.
En medio de tanta miseria y necesidad, el drama seguirá, su paso con Granma y Holguín por las Series Nacionales se borrará, lo llamarán traidor, desertor, como lo hicieron con aquellos y como lo harán con los otros, pero esa parte del cuento ya nadie se la cree , sencillamente son personas, seres humanos como usted y como yo que decidieron perseguir un sueño, pues aquel que alguien les impuso en su momento, aquel sueño se esfumó.
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