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Siempre se ha dicho que en el estado de la Florida (Estados Unidos) a las escuadras deportivas no les va tan bien como se pensaría en lo que a la popularidad respecta, y en parte es cierto. Al ser una ciudad con tantas atracciones y diversidad entre las mismas, es normal que sea difícil que una organización de este tipo coseche adeptos fieles que le sigan a todas partes y los respalden de manera perenne en los distintos escenarios.

No obstante, muchos hemos podido ver cómo el Miami Heat en la NBA, los Miami Marlins en la MLB y los Miami Dolphins en ciertos momentos de su historia han tenido por lo menos su séquito de fanáticos. De hecho, más reciente es el caso del Inter Miami, club de la MLS que ha tenido una subida de popularidad exponencial desde la llegada del astro argentino Leo Messi.

Con todo y eso, en la bahía del mismo estado tenemos a un conjunto exitoso, plagado de talento y regular en su buen rendimiento que, increíblemente, no goza del aval de una afición que se pueda decir que esté literalmente a su altura. Hablamos de los Rays de Tampa, divisa que ha conseguido mantenerse en lo más alto del béisbol norteamericano en los últimos tiempos y que, aun así, no consigue hacerse un hueco en el corazón de la gente.

Estadio vacío

A pesar de que cuentan con uno de los estadios mejor equipados de las Grandes Ligas, los Rayos juegan usualmente con una parte importante del aforo baldío. Incluso en fases finales o decisivas hemos podido ver las sillas del Tropicana Field vacías, lo que nos da a entender que al ciudadano común de Tampa le da bastante igual lo que acontece con su representante en el pasatiempo nacional.

El asunto se ha hecho tan evidente que incluso alguien como el dominicano Pedro Martínez, una leyenda del deporte de las bolas y los strikes se manifestó al respecto hace poco tras la eliminación de los Rays a manos de los Rangers de Texas. Sus palabras fueron: “Estuve con Red Sox por siete años y hubo momentos bajos, pero nunca lancé frente a un estadio vacío. Los fanáticos no se rinden y eso quieren ver en sus jugadores, en las oficinas, en el grupo de entrenadores, no quieren ver a nadie rindiéndose”.

Quizás esta sea una comparación odiosa, puesto que él defendió por mucho tiempo los colores de una de las hinchadas acérrimas y fieles del juego como lo es la de los Medias Rojas, pero no le falta verdad a su opinión.

De poco vale que Tampa Bay haya conseguido clasificar a los playoffs en los últimos 5 años, que hayan llegado a una Serie Mundial en tiempos de pandemia, que tengan un presente mucho más positivo que novenas históricas como Yankees y Red Sox porque, al fin y al cabo, su afición no tiene alma y, definitivamente, no merece un club así. ¿Veremos a esta franquicia cambiarse de ciudad en el futuro? Es pronto para afirmarlo, aunque quizás se lo planteen a largo plazo dada la apatía de quienes deberían apoyarlos.