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Tras ver el nombre de Mariano Díaz, aparecer en boleta preliminar de la selección de República Dominicana de cara a los Juegos Olímpicos de París, la primera reacción es de júbilo y alegría. Lo primero que le viene a la mente al dominicano promedio es el paso de Mariano por el Real Madrid y el boom mediático que significó verlo en el amistoso contra Haití en el lejano 2013. Pero luego se recapacita y se analiza.

Desde aquella vez en la selección, Mariano rechazó múltiples veces participar, dejando a los fanáticos varados con el hambre de verlo y que aporte a la causa caribeña. Pero a su vez, Mariano ha pasado por múltiples problemas en su carrera y actualmente va en la denominada “curva del descenso”. Mariano ha tenido numerosos problemas físicos, la mayoría derivados de una larga inactividad competitiva en el Real Madrid. Su paso por el Sevilla es nulo. Dos titularidades en todo el año, menos de 300 minutos y ningún gol. 

Mariano no marca gol desde el 15 de mayo de 2022, mismo que realizó con el Real Madrid, que como en aquella ocasión estaba en vísperas de una final de la Champions League, afrontaba el partido con plantilla semi completa y Mariano anotó el único gol merengue en el 1-1. Después de ese día, Mariano ha estado en sequía total. Sumado a esto, arrastraba unas dolencias que no le dejaba jugar al fútbol con normalidad. En sus propias palabras de febrero de este año, comentaba sobre una compleja lesión en la rodilla, que pese a varios tratamientos no conseguía una mejoría suficiente.

Con su último año de contrato en Nervión y lo precario de sus números, los juegos olímpicos podrían ser el último tren para seguir su carrera en alguna primera división del futbol. Pareciera que tras 11 años de ausencia y desaires, vestir la remera de la selección Dominicana es más una necesidad que una decisión.