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La vida de Adrián “Maravilla” Martínez es un relato que va más allá del fútbol. Es una historia de superación, fe y resiliencia que hoy lo posiciona como el goleador de Racing Club, y uno de los jugadores más destacados del fútbol argentino. Sin pasar por divisiones inferiores, tras un pasado de trabajo duro, dificultades económicas y una breve estadía en prisión, el delantero encontró en el deporte y en su fe un camino hacia la redención.

Un comienzo difícil: del trabajo pesado a la terapia intensiva

Nacido en Campana, Martínez dio sus primeros pasos en el fútbol en el club Las Acacias. Sin embargo, sus sueños de ser jugador profesional quedaron en pausa desde temprano. A los 16 años dejó la escuela para trabajar como albañil, recolector de basura y en una cervecería. Fue durante su labor como recolector de residuos cuando sufrió un accidente en moto que casi le cuesta la mano.

Tras siete días en terapia intensiva y meses de recuperación, su movilidad quedó comprometida. La empresa decidió despedirlo después de evaluar que no podría cumplir con las exigencias del trabajo. La indemnización no fue suficiente para mitigar la frustración de quedarse sin empleo y con una lesión que marcó un antes y un después en su vida.

El episodio que lo llevó a la cárcel

En 2014, su vida dio un vuelco aún más dramático. El hermano de Adrián fue herido de bala en un incidente en su barrio. En medio del caos, un grupo de vecinos incendió la casa del supuesto agresor. A pesar de no haber pruebas concretas en su contra, Martínez fue detenido junto a otros involucrados y pasó seis meses en prisión.

“La cárcel es un lugar donde si tu familia no te lleva comida, a veces no comes. Pero fue allí donde conocí a Dios”, recordó Martínez. En el penal, encontró refugio en la fe cristiana, aferrándose a la esperanza de una vida mejor.

El debut tardío: una carrera inesperada

Tras recuperar su libertad, un amigo lo animó a retomar el fútbol, un sueño que parecía cada vez más lejano. Con 22 años, edad considerada avanzada para empezar una carrera profesional, se presentó a una prueba en Defensores Unidos, un equipo de la Primera C. Sorprendió a todos con su talento, y aunque no recibía salario, debutó en el fútbol profesional.

Su ascenso fue meteórico. Pasó por Atlanta en la B Metropolitana, equipos de Paraguay y Brasil, hasta llegar a Instituto de Córdoba en 2023, donde comenzó a llamar la atención del fútbol argentino. Allí, con 18 goles en 41 partidos, se convirtió en un referente.

El presente en Racing: goles y humildad

En enero de 2024, Racing decidió apostar por él. Desde entonces, Martínez ha demostrado que está a la altura: lleva 11 goles en 13 partidos y es el máximo goleador del torneo. Además, su humildad y gratitud siguen siendo pilares en su vida.

“Racing pudo haber fichado a un delantero de trayectoria, pero me eligieron a mí. Siento que Dios me puso en este camino, pero sé que depende de mí responder en la cancha”, reflexionó en una entrevista reciente.

Martínez no solo deja su marca con goles. Usa canilleras con la inscripción “Jesús”, como símbolo de su fe, y mantiene los pies en la tierra. Es un jugador que inspira no solo por su talento, sino por su historia de vida.

El impacto en Racing y su legado personal

Bajo la dirección técnica de Gustavo Costas, Racing ha encontrado en “Maravilla” un líder dentro y fuera de la cancha. Sus goles han sido clave en partidos cruciales contra equipos como San Lorenzo, Boca e Independiente, consolidándose como uno de los favoritos de la hinchada.

La frase “No te vayas, quedate a vivir acá”, expresada por un hincha en televisión, resume el cariño que la afición de Racing siente por su nuevo ídolo. Pero para Martínez, el fútbol es más que un deporte: es una plataforma para inspirar y devolverle a la vida todo lo que le ha dado.

El futuro de “Maravilla”

Con apenas 26 años, la carrera de Adrián Martínez parece recién comenzar. Su historia es un recordatorio de que la perseverancia, la fe y el trabajo duro pueden cambiar incluso los destinos más adversos.

Racing, por su parte, sigue confiando en él como pieza fundamental para alcanzar sus objetivos en el campeonato. Y aunque los goles son su carta de presentación, su verdadera fortaleza radica en la humildad y las lecciones que la vida le enseñó en su camino hacia la gloria.