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Humberto Mejía está consciente del reto que tiene este jueves en el estadio Quisqueya Juan Marichal, cuando le toque abrir contra los Gigantes del Cibao. Y está consciente porque ese es el tipo de juegos que a él le gustan. “Son partidos donde uno más se concentra y mejor se trabaja”, dijo hace dos días. “En mi última salida no estuve bien del todo porque no estaba enfocado. Venía de sentir dolor en el brazo y, aunque no o sentía y ya me había recuperado mi mente pudo más. Pero ya estoy recuperado”.

Los Leones del Escogido han ganados dos juegos seguidos, los dos al Licey, uno de ellos a domicilio, y parecen haber conseguido esa senda ganadora que tantas veces se les hizo esquiva durante la ronda regular. El problema es que tienen ya en su haber 24 derrotas. Una más y sería catastrófico. El Escogido tiene poco margen para maniobrar.

“Aquí nadie se rinde, aquí todos estamos peleando”, dijo Franmil Reyes después del juego a la prensa apostada el martes en el parque de La Tiradentes. “Eso lo hablamos en el clubhouse. Aquí no se rinde nadie”.

Y es que se les ve enjundia, compromiso y enfoque. Los Leones han mostrado otra cara desde el pasado domingo, a pesar de la derrota. Y en los dos últimos triunfos lucen como el equipo que siempre buscaron ser.

“Creo que estos jóvenes lo están dando el todo por el todo”, dijo el mánager Dave Jauss. “Ellos son los que salen allí a dar un buen espectáculo y eso es lo que van a ver a partir de esta noche“.

Pues le toca medirse a un equipo bateador, los Gigantes del Cibao. Los campeones defensores vienen reforzados desde la última vez, sobre todo con José Sirí y Marcell Ozuna. Además de tener al mejor bateador del torneo en sus filas, Henry Urrutia, a quien no suele irle mal en el Coloso del Ensanche La Fe.

Mejía, el lanzador designado por los melenudos, tiene récord de 3-1 con efectividad de 1.72. En siete aperturas ha logrado trabajar en 36.2 entradas, en la que ha espaciado 31 hits, ponchado a 32 y apenas ha otorgado un par, sí dos, bases por bolas. De allí su WHIP de 0.90.

“En los Gigantes hay buenos bateadores”, contó. “El plan de juego siempre es el mismo. Tratar de atacar la zona, abrir con strike y buscar los puntos vulnerables. Como te dije, en mi última salida frente a ellos mi cuerpo se sentía bien, pero no mi mente. Estaba desconectado”.

Por los visitantes lanzará Richelson Peña. El criollo es el as de la rotación de Pipe Urueta. Tiene marca de 1-1 y efectividad de 3.41. En seis juegos, todos como abridor, ha logrado completar 29 entradas de labor, en las que acumula 10 ponches. En la temporada le han conectado un par de jonrones.

La suerte está echada. Los Gigantes, aunque en el tercer lugar, están dos juegos (18-20) por debajo de .500 y las Estrellas Orientales (16-22) pueden inspirarse y sacarlos de esa casilla. Un juego que hasta hace dos días parecía de poca importancia, es muy valioso, sobre todo porque en la parte baja de la tabla de posiciones, ahora sí, cualquier se puede meter.