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Estará la mística, pues varios siglos de historia le dan forma al amplio espectro cultural que se puede ver en Suwon, la milenaria urbe surcoreana que remonta sus orígenes hasta allá por el siglo VIII de nuestra era; estará la mística y por ende el escenario se torna perfecto para que pueda suceder el milagro…

Dentro de unas horas, en ese pedazo de tierra situado a unos 30 kilómetros al sur de Seúl, las Reinas del Caribe, el elenco dominicano de voleibol femenino, comenzarán su andar en la última semana de la Liga de Naciones de Voleibol.

El escenario

Las criollas llegan a Corea del Sur, después de una nefasta segunda semana en Hong Kong, donde acabaron con solo una victoria en cuatro presentaciones, complicando incluso su permanencia en la máxima instancia del voleibol femenino a nivel de selecciones.

Al instante de escribir este texto, las antillanas muestran récord de 3-5 y un total de 7 puntos acumulados, para situarse en la oncena posición de esta quinta edición del magno evento y por ende, necesitan de a todas, obtener el mejor resultado posible en esta recta final.

El reto

Antes de afrontar dos difíciles compromisos frente a China y Serbia, las caribeñas tendrán que dirimir par de cotejos ante Alemania y Corea del Sur y precisamente contra las germanas será su próximo partido, pautado para iniciar a las 2:30 am, hora de Dominicana.

Con el antecedente de haber ganado los tres últimos cotejos, las pupilas de Marcos Kwiek saltarán a la cancha con este elemento a su favor, pero net por medio tendrán a un elenco que bajo la égida de Vital Heynen ha mejorado de modo ostensible su estilo de juego, tal como lo demuestran sus 6 triunfos y 16 unidades en el presente certamen.

El rival

En este contexto y de cara al desafío de esta madrugada, vale la pena adentrarnos en la historia y rasgos distintivos del seleccionado teutón de mujeres.

Se trata de un equipo con tradición, un sempiterno animador en Mundiales, Grand Prix, Campeonatos Europeos y Juegos Olímpicos.

Entre sus logros principales destacan una medalla de plata en las Olimpiadas de Moscú 80, dos títulos a nivel continental y dos terceros lugares en los antiguos Grand Prix.

De la mano de la estelar atacadora auxiliar Hanna Orthmann, el conjunto actual se muestra como un duro escollo para cualquier selección del planeta.

Estilo y principales figuras

A un bloqueo que ralla en la excelencia, como es habitual en los equipos europeos, se le añade una buena  defensa y la potencia en ataque.

Como figuras principales, además de Orthmann, resalta la también auxiliar Antonia Stautz, así como la opuesta Emilia Weske y las centrales Monique Strubbe y Camilla Weitzel.