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De la manera que pocos imaginaron, con una derrota, así, por la puerta de atrás, dejando la peor impresión posible, se despidieron las Reinas del Caribe del Coliseo de Hong Kong y a falta de cuatro partidos para cerrar la etapa clasificatoria en la actual edición de la Liga de Naciones de Voleibol Femenino, las sensaciones ahora mismo no son las mejores.
El perenne pesimismo de los últimos tiempos volvió a emerger hace unos minutos allí en suelo chino, luego que el combinado criollo cerrara con otro fracaso la segunda semana de competencia.
Fue ante Turquía y el marcador 1-3 (23-25, 19-25, 25-23, 20-25) refleja a las claras la superioridad de un rival que parece haberle tomado el pulso a las nuestras en la arena internacional, pues ya con anterioridad, las llamadas Sultanas de la Red se habían impuesto a las criollas durante el pasado Campeonato Mundial, por pizarra de 3-2.
Si, por un lado, aquel choque frente a Brasil nos hizo creer que un resultado favorable en Hong Kong era factible, la realidad nos pegó duro en la cara después de esa derrota 1-3 contra Polonia.
Las acciones
Todos quedamos atónitos, al ver lo endeble que se mostraba el conjunto criollo en la cancha y horas después cuando Italia remontó para ganar 3-2 en un dramático tie- break, comprendimos que aquello no era ficción, no, era la cruda realidad mostrándose así, de forma descarnada ante nuestros ojos.
Mala recepción, peor defensa y acentuados problemas con el pase, matizaron el colofón que nadie hubiese esperado…
Se ganó in extremis ante Canadá, pero a pesar de sacar la casta en otro quinto set, de igual modo siguieron los problemas de siempre y hoy contra Turquía, el bloqueo, el arma que en tantas ocasiones nos ha sacado del ostracismo, hoy el bloqueo dijo adiós.
Las Reinas terminan con 1-3 su estancia en Hong Kong y en la tabla general, ostentan registro de 3-5 con 7 puntos acumulados para situarse en un onceno puesto que en este minuto las tiene al borde de un hipotético descenso a la Copa Challenger.
¿Qué lecciones nos deja la segunda semana?
Se ve un equipo descoordinado, sin enfoque, carente de un verdadero liderazgo, con un entrenador que parece haber gastado sus mejores armas hace ya mucho tiempo y eso, tal vez sea lo peor de cara a ese tramo conclusivo allá en Corea del Sur.
El tiempo dirá, por ahora solo resta pensar en ese juego contra Alemania el próximo 27 de junio y tal vez, creer en un último milagro.
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