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Si hay algo autóctonamente norteamericano es el fútbol, autóctono como los primeros descendientes de los Padres Peregrinos, como el Día de Acción de Gracias, como Lexington y Concorde o como los sioux, los hurones y lo wampanoag y el arraigo dentro del imaginario popular es tal que al pensar en la relación entre Nueva Inglaterra y el deporte, por ejemplo, muchos consideran que los Patriots se encuentran por encima de los propios Medias Rojas de Boston e incluso que los Celtics.

Para entender sus orígenes habría que remontarse hasta finales del siglo XIX pero es en los años 20 del presente siglo que se puede hablar de algo concreto. Así, durante el tramo final de la presidencia de Warren Harding y el comienzo del mandato de Calvin Coolidge, aquel abogado republicano que según cuentan dormía hasta 10 horas, incluso estando en la Casa Blanca, durante este lapso es que la nueva disciplina adquiere su connotación.

En ese contexto nace la Asociación Profesional de Fútbol Americano y si bien no es hasta los años 60 que el deporte  comienza a adquirir la dimensión que le conocemos hoy, desde aquel entonces estaría en todo, en la historia, obviamente en la cultura y por ende en la literatura, en el cine, en la música, en todo, también en la gente, en el mismo habla popular desde el lejano oeste hasta la costa atlántica.

Un hombre de fútbol 

Siguiendo el hilo narrativo, tenemos que como una especie de heredero de toda esa mística está él, Andy Reid, simplemente Andy, un hombre de fútbol y tiene 64 años, pero tal parece que ha estado toda su vida inmerso en el universo de la NFL.

Su impronta se remonta hasta casi 30 años atrás o se puede enmarcar allí, en ese juego entre los Patriots y los Packers del 26 de enero de 1997, cuando los Packers ganaron el Super Bowl XXXI. En aquel entonces Reid era entrenador asistente y dos años después, comenzaría a forjarse la génesis  de su leyenda, ello tras asumir en el banquillo de los Philadelphia Eagles en 1999.

Refiere Marca que tras su primera temporada al frente de la franquicia de Pensilvania, Andy Reid hilvanó cinco zafras de forma consecutiva llegando a playoffs y en 2005 acaeció el momento cumbre, el Super Bowl frente a los Patriots, suceso que si bien terminó en una dolorosa derrota mostró con claridad, hasta donde podía llegar aquel estratega de bigote bruñido y acentuada calvicie.

La leyenda de Reid

En los años siguientes su estela seguiría con los Eagles, siendo un sempiterno animador de la postemporada hasta que en 2013 decide cambiar de aires y se va a Kansas City.

El guion sería parecido a aquel de 1999, cuando Reid llegó a Philadelphia, pues tal como narra ESPN, rescató de la nada a un elenco que parecía quedar sometido a los más sonados fracasos.

Después ya saben, su magia volvió a hacer efecto, llegó su gran premio en 2020, cuando los Chiefs vencieron a los 49ers en el Super Bowl LIV y en horas, allá en Glendale, Arizona, Andy Reid podría hacer historia, no solo por llegar a su cuarto Super Bowl en los últimos cinco años, además porque de ganar su segundo trofeo Vince Lombardi se uniría a una pléyade de entrenadores entre los que descollan figuras de la talla del propio Lombardi, Tom Flores,  así como Tom Landry y Jimmy Johnson.

El reencuentro

Será una especie de reencuentro, un instante seguro de inmensa nostalgia, Reid frente al equipo con el que se hizo famoso como dirigente y la sola idea de pensar en lo que vendrá, emociona.

Ya saben lectores, este 12 de febrero, aquel hombre que brilló con los Eagles puede agigantar su leyenda con los Kansas City Chiefs y aquí estaremos para contarlo.