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El traspaso de Damian Lillard a los Milwaukee Bucks desde los Portland Trail Blazers fue uno de los movimientos más comentados de la NBA en el último año. Con su llegada, muchos analistas y aficionados situaron a los Bucks como claros favoritos para ganar el anillo. Sin embargo, el rendimiento tanto del equipo como del propio Lillard estuvo lejos de las expectativas. A pesar de las críticas, el base All-Star insiste en que sigue siendo el mismo jugador que brilló en Portland.

No soy un jugador que se esté desmoronando. Llevo una vida limpia, buena y saludable, así que puedo hacerlo. Puedo hacer lo mismo que hice hace dos o tres años. Puedo hacerlo ahora mismo“, aseguró Lillard en una entrevista con Jim Owczarski del Milwaukee Journal Sentinel.

Aunque Lillard defiende su capacidad para rendir al más alto nivel, los números no acompañaron su primera temporada en Milwaukee. Después de promediar 32,2 puntos por partido en la campaña 2022-23, su producción se redujo a 24,3 puntos por noche con los Bucks. Además, sus porcentajes de tiro también disminuyeron significativamente, cayendo al 42,4 por ciento en tiros de campo y al 35,4 por ciento en triples.

El base es consciente de las expectativas y reconoce que el equipo no alcanzó el nivel que muchos esperaban tras su llegada. “Creo que cuando se produjo el intercambio, todos decían que Milwaukee iba a ganar, y cuando vieron que las cosas no marchaban como pensaban, y yo no lucía como lo hacía en Portland, pensaban… ‘¿qué está pasando con Dame? ¿Por qué Dame no está haciendo lo que hacía antes?’. Pero la realidad es que durante la mayor parte de la temporada estuve promediando alrededor de 26 puntos. Es decir, si realmente piensas en eso, ¿qué estándar me imponen si estoy anotando 26 puntos, promediando siete asistencias y no me siento del todo bien? Estuve pasando por muchas cosas. Esa es la verdad”, explicó.

Uno de los factores que afectaron el desempeño de Lillard fueron las lesiones. A lo largo de la temporada, sufrió problemas en el tobillo, la ingle, el aductor y el tendón de Aquiles. Estos contratiempos, sumados al desafío de adaptarse a una nueva ciudad y equipo, complicaron su inicio en Milwaukee. “Hubo muchos cambios, mucho estrés. Creo que ahora tengo la oportunidad de ponerme en orden y empezar a avanzar hacia la próxima temporada“, concluyó.

De cara a la próxima temporada, Lillard se enfrenta al desafío de demostrar que puede liderar a los Bucks hacia el éxito y consolidar su lugar entre los mejores jugadores de la liga. Con un verano para recuperarse y adaptarse por completo, el base está determinado a recuperar su mejor versión y cumplir con las expectativas que se generaron con su llegada a Milwaukee.