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Donte DiVincenzo, quien fue una de las figuras más destacadas en la última temporada de los New York Knicks, ha sido traspasado en una operación que facilita la llegada de Karl-Anthony Towns. Esta decisión ha causado sorpresa, especialmente porque queda muy poco para el inicio de la pretemporada y por el excelente rendimiento que el escolta mostró en su primer año con el equipo.

El traspaso de DiVincenzo se aceleró tras la confirmación de la lesión de Mitchell Robinson, que lo mantendrá fuera de las canchas hasta enero de 2025. Ante la necesidad de cubrir esa baja, el deseo del entrenador Tom Thibodeau de contar nuevamente con Towns —a quien ya dirigió en los Minnesota Timberwolves— cobró aún más fuerza, y finalmente se concretó el movimiento que trae al pívot a Nueva York.

Aunque DiVincenzo fue clave en la última campaña, con promedios de 15.5 puntos, 3.7 rebotes, 2.7 asistencias y 1.3 robos por partido, su salida parece haber estado motivada por su rechazo a asumir un papel secundario. Según Fred Katz, periodista de The Athletic, el escolta no estaba dispuesto a reducir su protagonismo en el equipo, sobre todo con la llegada de su excompañero de universidad, Mikal Bridges.

«Donte venía de un año espectacular y ayudó mucho al equipo, especialmente cuando varios jugadores clave estuvieron lesionados. No creo que ningún competidor disfrute la idea de asumir un rol menor, y eso fue lo que ocurrió con DiVincenzo», comentó Katz.

Con la llegada de Towns y las nuevas incorporaciones, Thibodeau espera que el equipo mantenga su competitividad y logre un equilibrio que le permita pelear en la Conferencia Este. Mientras tanto, DiVincenzo, que se había ganado el cariño de la afición de los Knicks, buscará nuevos horizontes donde pueda seguir brillando como una de las piezas fundamentales en su próximo destino.