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No se puede negar que aquel 26 de junio del 2015 fue un día importante para el baloncesto de la República Dominicana, al conocerse que uno de sus exponentes era elegido como pick 1 en el Draft de ese año por los Minnesota Timberwolves, y que por 8 años fuera de los más destacados y catalogado como el jugador franquicia.

Ese día, Karl-Anthony Towns copó toda la escena del “Barclays Center” de Brooklyn, cuando quizás ante la mirada de muchos escépticos que se encontraban presentes terminaba siendo la primera escogencia, por encima de quien fuera su compañero en Minnesota, D’Angelo Russell, tomado en ese momento por Los Ángeles Lakers.

Si bien su formación como jugador de baloncesto fue mayormente en su natal New Jersey, en ningún momento dudó sobre representar a Quisqueya a nivel de selecciones nacionales, cuando apenas a los 16 años hiciera su debut con la absoluta en un certamen preolímpico.

Pero en su etapa colegial y universitaria ya daba muestras de sus dotes como jugador de la pintura, y al llegar a sus 2,13 metros de estatura lógicamente se hizo una pieza más que apetecible en aquel Draft, sobre todo por un conjunto de los Timberwolves que necesitaban a alguien de esas características.

Su promedio de 26,5 puntos en la temporada del 2020 ha sido su más elevado ofensivamente hablando, así como sus 12,4 rebotes el más destacado en la campaña anterior a esa, indicando que en 6 de sus 8 temporadas ha registrado doble dígito en estos dos departamentos.

Sin embargo, su talón de Aquiles ha sido en la etapa de postemporada, al lograr avanzar solo en 3 ocasiones a esta instancia, y en todas ellas quedarse rezagado en la primera ronda, algo que se le ha señalado cada vez con mayor dureza, siendo la más reciente esta última cuando accedieron vía Play-In y quedar fuera a manos de los Lakers.

También el tema de sus lesiones fue una alarma que estuvo sonando constantemente en esta última campaña, al punto de especularse su posible desvinculación de Minnesota para el venidero verano, aunque no haya hasta el momento una oferta formal de otra franquicia.

En cuanto al tema de la selección nacional, está todo el camino despejado para que se vuelva  a enfundar la camiseta de las 10 letras de cara al Mundial FIBA del mes de agosto, lo que hace que de manera inevitable se alimente la esperanza de no solo tener un gran desempeño, sino de obtener la mejor actuación en toda la historia de esta competición.