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Hace meses, los Pelicans anunciaron que su plan era cambiar el rumbo del equipo, asegurando que el único jugador intocable sería Zion Williamson. Sin embargo, aunque Zion sigue en la plantilla, otros cambios significativos no se han concretado, incluyendo el futuro de Brandon Ingram, quien se encuentra en una situación incierta.

Inicialmente, New Orleans consideró traspasar al alero, pero tras analizar el mercado, se dieron cuenta de que el valor del jugador de 26 años no era suficiente para obtener un acuerdo interesante. Como resultado, han intentado renovarle a la baja.

En 2020, los Pelicans le otorgaron a Ingram el máximo salarial después de muchas dudas, pero ahora esa opción no está sobre la mesa. David Griffin, presidente de operaciones de baloncesto de la franquicia, explicó en Sirius XM que aunque prefieren que Ingram se quede y él también ha expresado su deseo de permanecer en el equipo, la realidad financiera es un obstáculo. Griffin indicó que buscan llegar a un acuerdo, aunque no al nivel que Ingram y su agencia desean.

Según The Times-Picayune, Ingram busca una extensión de cuatro años y 200 millones de dólares, una oferta que los Pelicans no están dispuestos a realizar. Además, fuentes cercanas al equipo sugieren que la directiva de New Orleans está considerando otras alternativas para fortalecer el equipo, incluyendo la posibilidad de negociar con otros jugadores clave para crear un entorno más competitivo alrededor de Zion Williamson.

La situación de Brandon Ingram es un reflejo de los desafíos financieros y estratégicos que enfrentan los Pelicans mientras intentan construir un equipo competitivo en la Conferencia Oeste. Con Zion como pieza central, el equipo de Luisiana está evaluando cuidadosamente cada movimiento para asegurarse de que cada decisión contribuye a su objetivo de largo plazo.