Las últimas temporadas han sido un desafío para Russell Westbrook, quien ha tenido dificultades para encajar plenamente en los equipos por los que ha pasado. Sin embargo, los Denver Nuggets han decidido apostar por él este verano, confiando en que el ex MVP de 2017 puede recuperar su mejor versión bajo la dirección de Michael Malone. Westbrook también parece convencido de que esta vez, el cuerpo técnico está trabajando de manera diferente, brindándole el espacio necesario para sentirse cómodo en el sistema de juego.
«Para ser honesto, mi estilo de juego es bastante único, y en mis equipos anteriores no me estaban permitiendo ser yo mismo», expresó Westbrook al reflexionar sobre sus recientes experiencias en la liga. «No estaba jugando en mi verdadera posición, pero Malone me está permitiendo usar mi velocidad y mi capacidad de juego en transición para facilitar las cosas a mis compañeros. Eso es lo que más me gusta».
En su última etapa con los Los Angeles Clippers, Westbrook asumió un rol de sexto hombre tras la llegada de James Harden. En ese tiempo, promedió 11,1 puntos, 5 rebotes y 4,5 asistencias, cifras que reflejaron el rol menos protagonista que ha tenido en su carrera. Sin embargo, el sistema de juego de los Nuggets, donde Jamal Murray y Nikola Jokic monopolizan el balón en muchas posesiones, podría mantener a Westbrook en un papel secundario, aunque con más libertad en los momentos en que no comparta pista con las estrellas del equipo.
La idea parece clara: aprovechar la capacidad de Westbrook para el juego en transición, lo que podría elevar el ritmo de los Nuggets. Durante la temporada pasada, el equipo de Denver se ubicó en el puesto 23 en puntos anotados en transición con un promedio de 19,4 por partido. La llegada de Westbrook podría mejorar estos números, agregando una nueva dinámica a una plantilla que, en ciertos tramos del juego, carece de efectividad sin su gran estrella, Jokic, en la cancha.
La gran pregunta ahora es si Westbrook podrá transformar esta oportunidad en una revitalización de su carrera y mejorar la capacidad del equipo en áreas clave como la transición ofensiva.