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Mike Krzyzewski dejó una huella imborrable en la selección de baloncesto de Estados Unidos durante su mandato como entrenador jefe desde 2005 hasta 2016, abarcando tres ciclos olímpicos completos. Su llegada al cargo fue parte del plan de “redención” del Team USA tras el decepcionante desempeño en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Bajo su dirección, el equipo recuperó su estatus como potencia dominante en el baloncesto internacional, culminando con tres medallas de oro consecutivas en Pekín 2008, Londres 2012, y Río 2016.

Sin embargo, con la salida del legendario técnico de Duke y la incorporación de Grant Hill como máximo responsable de la selección, la estrategia del Team USA parece haber cambiado, optando por asignar el liderazgo a un entrenador diferente para cada ciclo olímpico. Gregg Popovich, quien sucedió a Krzyzewski, dirigió al equipo solo durante el Mundial de 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 (celebrados en 2021), después de los cuales decidió dar un paso al costado.

Ahora, todo apunta a que Steve Kerr, actual entrenador de los Golden State Warriors, seguirá los mismos pasos. Según ha adelantado el periodista Marc Stein, Kerr dejará su puesto después de liderar al equipo en el Mundial de 2023 y en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde Estados Unidos se colgó la medalla de oro, un logro que Kerr anhelaba desde que asumió el cargo.

El proceso de sucesión parece ser similar al utilizado anteriormente. Kerr, quien fue asistente de Popovich en el ciclo anterior, podría ser sucedido por uno de sus actuales asistentes: Erik Spoelstra o Tyronn Lue, dos de los entrenadores más respetados en la NBA. A pesar de la decepción de no ganar una medalla en el Mundial de 2023, donde Estados Unidos finalizó en cuarta posición, Kerr cumplió su principal objetivo: reclutar a Stephen Curry para las Olimpiadas, lo que ayudó a reunir una de las plantillas más talentosas del Team USA desde Río 2012.

La incorporación de Curry, junto con otras superestrellas de la NBA, fue un factor decisivo para el éxito en París, consolidando a Kerr como un líder efectivo en el ámbito internacional. Sin embargo, con su salida, el Team USA se enfrenta a la tarea de encontrar a su próximo estratega, alguien que no solo mantenga la tradición ganadora, sino que también adapte el equipo a los nuevos desafíos del baloncesto global. La decisión que tome Grant Hill en los próximos meses será crucial para determinar el rumbo del baloncesto estadounidense de cara a Los Ángeles 2028.