Your browser doesn’t support HTML5 audio

Están los Astros, han estado allí desde aquel 2017, incluso aunque no se habla, desde antes, en 2015, cuando en el Duelo de Comodines,  de la mano de su entonces estelar Dallas Keuchel,  lograron someter a los Mulos en el mismo Yankee Stadium para avanzar a la Serie Divisional. Los de Texas han emergido como una especie de monstruo mitológico que exorciza lo peor de los Bombarderos del Bronx, siendo una pauta común en el entorno beisbolero de Las Mayores desde hace seis años, como reseñamos.

Están los Astros, en Nueva York nadie quiere saber de ellos al punto que en la Gran Manzana, ya muchos se refieren al elenco de la División Oeste en la Liga Americana como el enemigo público número uno y no es para menos…los siderales han sido la misión imposible de los Yankees, más allá de supuestos o teorías infundadas o ciertas.

La cruz de Yankees

Con esta pesada cruz volverán a cargar Brian Cashman, Aaron Boone y compañía y en el entorno yankee solo se piensa en Serie Mundial, siempre es así, no ganan desde 2009, el tiempo ha pasado, pasó la era de Joe Girardi y en el año seis de la era Boone, la gente sigue hablando, soñando con la corona 28

Y es que los Yankees, por mística, por tradición, por el mismo peso de la historia están obligados a ganar siempre, pero en este minuto, mientras le doy forma a este texto, una vez más, emerge el nombre que nadie quiere escuchar, Astros de Houston, la bestia negra.

En busca de soluciones 

Sin embargo, con el out 27 de aquel cuarto juego en la última Serie de Campeonato, el gerente Cashman se lanzó de bruces en pos de resolver sus grandes problemas de cara a octubre, con el caso Judge siendo la prioridad.

Era la obsesión y luego de un tenso drama, la novela terminó de la mejor manera, con el MVP firmando por 9 años y 360 millones.

Con esa cuestión zanjada, la directiva se enfocó en renovar a Anthony Rizzo, un movimiento que también salió, tal como ocurrió con el coach de pitcheo Matt Blake.

En ese punto se comenzó a especular sobre la posible adquisición de un campocorto y un jardinero, en pos de sopesar dos de las grandes interrogantes de la organización, pero no, Cashman sorprendió, renovó a Isiah Kiner- Falefa y alegó una y otra vez que contaba con su buenos prospectos, Oswaldo Cabrera, Oswald Peraza y Anthony Volpe.

Hubo dudas, pero en todo momento afloró la confianza y casi al unísono con  los acontecimientos narrados, se dio a conocer la llegada del zurdo Carlos Rodón, uno de los mejores lanzadores de todo el circuito en los últimos años.

Movimiento importante

Un gran golpe, sin dudas, los Yankees blindaban su rotación e impresionaba de solo leer sus nombres; Gerrit Cole, Néstor Cortes Jr, Luis Severino y Carlos Rodón, pero se necesitaba más y al darse a conocer la lesión de Frankie Montas, comenzaron a emerger nuevos fantasmas.

La necesidad de un quinto abridor, un jardinero izquierdo y otro refuerzo en el cuadro, resaltaban como principales disyuntivas y lo siguen siendo, el panorama no ha cambiado para nada a solo horas de arrancar frente a los Filis los Entrenamientos de Primavera.

¿ Es suficiente?

En líneas generales, la realidad no se ha transformado mucho, pues si bien descolla la figura de Carlos Rodón, la verdad es que el pitcheo se ha comportado a la altura en los últimos años, más  bien ha sido la ofensiva el gran lastre en momentos cruciales, sobre todo en la postemporada.

En este punto, algunos se aferran al tan implorado arribo de Bryan Reynolds, por su parte, otros, como Cashman le dan un voto de confianza a Aaron Hicks, apuestan por un gran año de DJ LeMahieu o hasta por otra campaña de MVP de Giancarlo Stanton, pero…¿ es suficiente?, ¿ es lo que necesitan los Yankees para volver a la Serie Mundial?