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En su momento, se habló de una nueva era e incluso los más románticos lo compararon con Joe Torre, aquella leyenda que como timonel de los Yankees de Nueva York había conquistado el mundo del béisbol a finales de los 90 del pasado siglo.

Cuando Aaron Boone llegó al banquillo de los Bombarderos del Bronx, allá por 2018, la afición de los Mulos sufría todavía por aquella eliminación ante los Astros de Houston durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana en octubre de 2017.

Para ese entonces Boone sustituía al mítico Joe Girardi y en el imaginario popular algunos comenzaron a asociarlo con el nuevo “mánager de la crisis”.

El reto

En el recuerdo permanecía todavía bien fresco, aquel memorable batazo contra los Medias Rojas de Boston en 2003, pero asumir como dirigente de la organización más emblemática del béisbol no era un cuento de una noche de verano.

Las expectativas estaban y a pesar de que los Yankees quedaron eliminados en postemporada, el récord de 100-62 alcanzado en ese primer año de Aaron Boone en el banquillo del combinado neoyorkino, esa marca dejó las mejores sensaciones en general.

La vuelta de tuerca

Así llegó la zafra de 2019 y en la misma, los de la Gran Manzana registraron una notable forja de 103-59, pero en playoffs volvieron a quedar relegados por los Astros, sentando las bases del descontento que de un modo u otro perdura hasta nuestros días.

A partir de aquel instante, de cara a la posterior campaña en 2020, aquella esperanza de antaño se había difuminado y en un ambiente matizado por una gran frustración debido a las continuas derrotas en postemporada, la fanaticada comenzó a pedir el despido de Boone.

Desde ese instante, esta ha sido la tónica y con el paso del tiempo, a pesar de que a finales de 2021 la gerencia renovó a Boone (3 años con opción a un cuarto) han aumentado las críticas y hasta el rechazo a la figura del  timonel, con más veras luego del último fiasco en 2o22.

¿Es Boone el problema?

Esa es la realidad que se muestra al momento de escribir este texto y si bien una marca de por vida de 436-287 le dan un tono diferente al asunto, lo cierto es que Aaron Boone llegó para ganar títulos, el 28, el 29, el 30; llegó para ganar el juego bueno y no lo ha hecho.

Han pasado seis años desde su llegada, los Yankees no tienen un anillo de Serie Mundial desde 2009 y tal vez por una cuestión de fe, algunos se aferran todavía a creer en Boone; no obstante, los hechos lo colocan en la picota.

¿Será Aaron Boone el problema de los Yankees de Nueva York?