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Todo pudo terminar ese día, hace ya cuatro años, pero de eso prefiere no hablar. Había cumplido 24 por aquel entonces y un foul acabó golpeándolo en el rostro y en consecuencia llevándolo 8 veces al quirófano.
Hoy uno lo mira y en su rostro hosco y extremadamente serio no queda ninguna señal de aquel suceso, solo el recuerdo y este parece difuminarse con el paso del tiempo.
El perfil
Ian Hamilton debutó con los Medias Blancas de Chicago allá por 2018 y en 10 partidos dejó forja de 1-2, con una efectividad de 4,50, siempre fungiendo en labores de relevista.
Las cosas pintaban bien para él hasta que vino ese accidente del cual comentamos y tal como muestra Baseball- Reference, luego de aquello, entre 2020 y 2022, el estigma de las lesiones comenzó a marcarlo y Hamilton apenas pudo ver acción en 5 partidos, jugando para Mellizos y Medias Blancas.
La vuelta de tuerca
En eso de seguro pensaba cuando a comienzos de esta semana llegó esa llamada, la misma que estuvo esperando tras finalizar el Spring Training.
Los Yankees decidieron seleccionar su contrato y ante las dudas en el bullpen optaron por darle una oportunidad al derecho, luego de su notable faena en primavera, cuando en 8 juegos sumó 9 entradas, trabajando de manera inmaculada, con seis ponches y un whip de 0,88.
Un comienzo soñado
Debutó con la franela a rayas frente a los Filis de Filadelfia y por espacio de 1,2 entradas, acabó ponchando a 2 rivales para decorar de esta forma una actuación hasta cierto punto perfecta.
Todos hablaban maravillas de Hamilton, desde los fanáticos y sus compañeros de equipo hasta el propio Aaron Boone, quien destacó de forma particular esa “lanzamiento especial” con el que impresionó en la pretemporada.
– “Slambio”- refirió el estratega, tal como reseñaron YES Network y el New York Post, detallando que era como una mezcla de un control deslizante con un cambio.
El impacto
Hamilton ha sido uno de los temas del momento y quizás la nota destacada en cuanto a relevistas se refiere dentro del entorno de Yankees.
Los hechos apuntan que llegó para quedarse, una tesis que se refuerza a partir de las ausencias de figuras como Lou Trivino y Tommy Kahnle.
Este viernes en Baltimore, otra vez volvió a salir al ruedo y en 2 capítulos de labor permitió 1 carrera con par de hits y 4 ponches.
Es la pieza que necesitaban los Yankees para su bullpen, un soplo de brisa fresca que en esta primavera parece caerle bien a la gente allá en Nueva York.
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