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Es real, siete juegos no son la muestra ideal ni el medidor exacto para establecer conjeturas o siquiera hablar con certeza de esto y aquello, pero siempre en materia de béisbol y de Yankees, la más sutil de las perspectivas adquiere una connotación especial.
En este sentido, diez días después de haber arrancado la actual temporada beisbolera en Las Mayores, con los Mulos registrando forja de 4-3 al momento de escribir este texto, una idea se impone como una verdad incómoda en el entorno del combinado neoyorkino y más allá…
El gran problema
Los Yankees necesitan un cerrador y ya lo sabíamos, iba a ser uno de los grandes problemas de la novena del Bronx en este curso, pero los hechos plasmados en el diamante durante estas jornadas, los hechos han disparado las alarmas.
Así es, como lo lee, apenas minutos después de que los Bombarderos cayeran en Camden Yards ante los Orioles de Baltimore por 7-6, la incertidumbre se incrementa respecto al tema del posible cerrador.
Los hechos
Aaron Boone ha tratado de mantener el guion, de ser el fiel a su plan y se ha aferrado a la apuesta por Clay Holmes, pero este ha fallado; tiene un juego salvado, sin embargo, sus números no dan la medida para entender que puede ser el hombre.
Holmes ha visto acción en 3 partidos, sumando 2,2 tramos de labor, con 5 ponches y un elevado promedio de limpias de 6,75, ello sin obviar su whip de 1,50.
En este sentido, el timonel de los Yankees ha buscado probar variantes, las mismas que también se encontraban en el plan trazado antes de iniciar la nueva zafra; Ron Marinaccio, Michael King y Jonathan Loáisiga, pero de igual modo han emergido dudas.
Con 3 tramos lanzados, Michael King ostenta una efectividad de 6,00 y un whip de 3,00, tal como lo muestra Baseball- Reference, permitiendo 8 imparables durante sus efímeras estancias encima de la lomita.
Loáisiga ha dejado una mejor impresión y su efectividad de 2,70, así como su whip de 0,60, son un fiel reflejo de esto que hablamos y bien pudiera manejarse como posible variante.
Un rayo de luz
No todo es oscuridad para la exigente afición yankee, no, pues Ron Marinaccio ha sido la otra cara de la moneda y al menos hipotéticamente, se pinta como la mejor solución para este dilema.
A sus 27 años, el talentoso serpentinero, que ya enseñó su potencial en 2022, ha participado en dos juegos, trabajando por espacio de 3,1 innings, dejando su efectividad en 0,00 y un escueto whip de 0,30.
El problema está y de no enmendarlo se traducirá en derrotas eso es seguro, por ello, habrá que tomar una decisión al respecto y la misma pasa por lo que puedan determinar Aaron Boone y el coach de pitcheo Matt Blake.
¿Le darán un voto de confianza a Clay Holmes?, ¿será Ron Marinaccio el elegido?, esperemos a ver.
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