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Fue un jueves, un jueves 15 de noviembre, tal como recogen las crónicas de la época. Había pasado poco más de una semana desde que en una noche estrellada allá en Arizona, Luis González conectara aquel hit con bases llenas para dejar al campo a los Yankees de Nueva York y decidir la Serie Mundial de 2001.
Nos cuenta ESPN que dos meses después del atentado a las Torres Gemelas, ese jueves 15 de noviembre, del que hablamos al inicio, ese día, Roger Clemens era elegido como el ganador del Cy Young en aquella temporada de Grandes Ligas.
El suceso
Era su sexto galardón (ganaría otro en 2007) y para ese entonces, a sus 39 años y tres meses, “El Cohete” se convirtió en el tercer lanzador de más edad en obtener el preciado lauro, situándose en el listado histórico detrás de dos leyendas como Early Wynn y Gaylord Perry.
Sin embargo, lo más trascedente de aquella jornada para el hombre que había deslumbrado a todos desde su debut con Medias Rojas a mediados de los 80, lo más trascendente era que se agenciaba el premio vistiendo la franela de telas a rayas de los Bombarderos del Bronx.
En aquella zafra, Clemens dejó forja de 20-3 con una efectividad de 3,53 y 213 ponches, eclipsando en ese entonces a figuras como Mark Mulder y Freddy García.
Veintitrés años después…
Ha pasado el tiempo desde entonces, veintitrés años, los Yankees volvieron a caer en la Serie Mundial de 2003, ganaron en 2009 frente a los Filis de Filadelfia y no han vuelto a levantar otra corona, como tampoco ningún lanzador de los Mulos ha vuelto a ganar el Cy Young en este lapso.
Gerrit Cole quiere cambiar ese guion y reescribir la historia en este 2023, ha estado a las puertas del premio antes con Pittsburgh y Houston, pero todos coinciden que este puede ser el año del as de los Bombarderos del Bronx.
Los hechos
Teniendo al Yankee Stadium como bastión inexpugnable, el derecho ha realizado siete aperturas en lo que va de curso, mostrándose imposible en cinco de ellas y al momento de escribir este texto, registra forja de 5-0, con efectividad de 1,35 y 52 ponches.
Solo un conjuro maligno o la causalidad o la mano negra de Aaron Boone, o alguno de esos designios incongruentes del destino podrían lastrar la épica colosal que hasta este instante está escribiendo Gerrit Cole en los diamantes de Grandes Ligas.
¿Alcanzará las 20 victorias?, ¿emulará a Roger Clemens?, el tiempo, como siempre dirá y aquí estaremos para contarlo.
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