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Es sábado, ya es abril y hace dos días, en una tarde que desde entonces ya no será más una tarde cualquiera, el béisbol regresó.

Primero fue en Washington y en Nueva York, después en Boston y también en Florida y así hasta llegar a la emblemática ciudad de Los Ángeles; en cuestión de horas, casi sin darnos cuenta, vimos como transcurría la jornada inaugural que marcaba el inicio de una nueva temporada de Grandes Ligas.

Con el regreso, la nostalgia acabó y otra vez fue hermoso, hermoso de esa manera única que evoca el béisbol y todos nos deleitamos, al ver desde el esperado debut de Anthony Volpe y los 11 ponches de Gerrit Cole, hasta el colosal desempeño de Adley Rutschman en Fenway Park, para cerrar con la primera victoria de Julio Urías con los Dodgers en un Juego Inaugural, la número 50 del mexicano con la franquicia californiana.

Ocurrió en Houston

Fue así y han pasado las horas desde aquel día, sin embargo, todavía trasciende lo ocurrido en aquella primera jornada allá en la grama del Minute Maid Park.

Medias Blancas de Chicago y Astros de Houston se enfrentaron en aquel rincón de Texas y además de que los del South Side comenzaron ganando y en consecuencia el debutante Pedro Grifol se llevó su primera victoria como timonel en Las Mayores. De igual modo, otra historia acaparó la atención de todos…

Encima del box, estuvo él, como endemoniado, medio poseído; la gorra calada, la mirada fría y esa estampa auténtica que le da su bigote recortado a la vieja usanza.

La figura

Era Dylan Cease, el que terminó segundo en la votación para el premio Cy Young en 2022, luego de registrar forja de 14-8, con una efectividad de 2,20 en 184 entradas de labor.

Era Dylan Cease, pero no el pitcher de hace unos meses, no, este del jueves pasado era otro, una especie de versión mejorada del estelar serpentinero que ha deslumbrado a todos en las dos últimas campañas.

Disertó

A sus 27 años, el as de los Medias Blancas disertó desde el montículo ante una de las baterías más poderosas de Las Mayores, hablamos nada menos que de los vigentes campeones de la Serie Mundial.

Luego de que el dominicano Jeremy Peña le pegara hit abriendo el juego por los siderales, Cease se encargó de maniatar a la tropa de Dusty Baker, llegando a retirar a 19 bateadores en fila, como una reencarnación del pitcher que aquel 3 de agosto del 2022  quedó a un out del partido sin hits frente a los Mellizos de Minnesota.

La hazaña

Se fue sin decisión tras 6,1, solventando apenas dos imparables y ponchando a diez en este lapso, para convertirse en el cuarto pitcher de la Liga Americana que propina 10 chocolates y no regala boletos en un Juego Inaugural, tal como lo reseña ESPN Stats.

A la vez, con su actuación, Cease emuló en el contexto de la franquicia, la hazaña de igual calado, lograda por Jack McDowell en 1991.

No merecía perder

Estuvo imponente, sensacional en cada uno de esos seis tramos y no merecía perder, por ello, cuando Yasmani Grandal pegó el jonrón que igualaba el desafío a la altura del octavo inning, al instante, mientras veía el cotejo,  pensé, como tantos, que era lo justo.

Si algo necesitaban los Medias Blancas de Chicago en este comienzo era tener esa muestra colosal de Dylan Cease, pues si bien es cierto que están hombres como Lance Lynn y Lucas Giolito, entre los lanzadores, al mismo tiempo  es un hecho que las esperanzas del equipo pasan por lo que pueda hacer su as.

Lanzó candidatura desde temprano, para el Cy Young, para el MVP, para todos los premios y sobre todo, para ser el referente de su escuadra y esa es la mejor noticia.