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Le dijeron que no, que renunciará, que era cosa de hombres, como casi todo y lo pensó, por algún instante lo pensó, era lo normal, dudar incluso, era normal. Le dijeron que renunciará pero ella solo quería jugar, simplemente jugar, la atrapaba esa sensación de tocar con sutileza el balón, los regates, alguna que otra gambeta y el fino trazo.

Lo normal hubiese sido practicar el softbol, incluso hasta béisbol, allá en Elías Piña era algo natural, parte del día a día de la gente y aun en estos tiempos, resulta común ver a los niños, también a los jóvenes en cualquier esquina con bates y pelotas.

Hace unos treinta años, allá a comienzos de los 90, hubiese sido lo normal y lo fue,  Betzaida Ubri practicó el softbol, pero al final se decantó por el fútbol.

Génesis

Todo empezó en su barrio, con su gente, rodeada de niños y a pesar de las críticas, Ubri no cejó en su empeño de crecer en este deporte y luego de acabar la secundaria y comenzar a estudiar Ingeniería en Sistemas, se vinculó por completo a la práctica de esta disciplina.

Su periplo dentro del balompié, vistiendo la franela de la selección dominicana arrancó desde la categoría sub 17, pasando por la sub 20 y también la absoluta, siendo una habitual en torneos regionales, así como en Eliminatorias Mundialistas.

Entre los momentos más importantes de su carrera estuvieron el Torneo Preolímpico de Vancouver, Canadá, allá por 2012 y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México, en 2014.

El legado

De igual modo, como aspecto notable en su excelsa hoja de servicios, destaca el hecho de que, Ubri se convirtió en una de las primeras  futbolistas en salir a jugar al extranjero, debutando con el Treasure Coast Dynamites, elenco de la segunda división en el fútbol estadounidense. Así mismo, dejó su estampa en suelo boricua, específicamente en el Metropolitan FA de la primera división de ese país.

Por su parte, en el plano doméstico, descolló en el O&M, de la antigua Liga Superior Femenina, erigiéndose como máxima cañonera en 2011.

Al mismo tiempo, Betzaida irrumpió en la modalidad de sala, vistiendo la camiseta del UNEV, durante los años 2017 y 2018.

En la actualidad, justo al momento de redactar estas líneas, la estelar jugadora comienza a descollar en su rol de entrenadora al frente de las selecciones femeninas sub 14 y sub 15.