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El tiempo ha pasado rápido y al instante de escribir este texto, los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe SanSalvador 2023, ya son historia.
Como lo lee, este 8 de julio se ha pasado la página de un evento que cinco años después de aquella última edición en Barraquilla, regresó a suelo salvadoreño y en líneas generales cumplió con buena de parte de las expectativas de fanáticos y especialistas.
La competencia
Si bien el dominio de México fue latente desde el primer día, allí en la principal urbe de El Salvador se vivieron días cargados de adrenalina y emoción desmedida por el alto nivel competitivo mostrado en cada una de las disciplinas e incluso este sábado disfrutamos de lo lindo con los combates finales del karate.
En Quisqueya no hemos estado ajenos de lo ocurrido y es que incluso antes de quedar inaugurados los juegos múltiples, la comitiva criolla ya estaba aportando medallas, luego que el tenis de mesa por equipo se colgará el bronce, el viernes 23 de junio.
Desde entonces la estela de resultados nunca se detuvo y luego del triunfo de las Reinas del Caribe en el voleibol femenino, Dominicana pudo asaltar la quinta posición del medallero general, con un total de 111 medallas, repartidas en 25 de oro, 36 de plata y 50 de bronce; superando en toda la lid lo alcanzado en Barranquilla 2018, cuando se obtuvieron 107 preseas.
Tocados por la gloria
En este punto cabría reseñar a los deportistas dominicanos que lograron agenciarse el metal dorado en el evento.
Las dos primeras medallas de oro para nuestra delegación llegaron a través de las pesas, después que Dahiana Ortiz y Beatriz Pirón dominaran en su división de 49 kilogramos. Una actuación que también emularía Yudelina Mejía en los 87 kilogramos.
Con posterioridad vendría la presea dorada del gimnasta Audrys Nin, en el caballo de salto dentro de la prueba por aparatos.
Casi al unísono pasaban a integrar la lista los boxeadores, Cristian Pinales de los 81 kilogramos y Alexy de la Cruz de los 63,5 kilos.
La séptima
El softbol masculino sorprendió a todos con una histórica presea de oro, aportando en su momento el séptimo metal dorado para el país.
De esta manera llegó el turno para le legendaria Yvonne Losos, quien se colgó dos oros en ecuestre, uno en la modalidad individual y el otro en overall.
Hace solo unas horas ya en materia de atletismo, la cuarteta del 4×400 mixtos ganó el oro y en tenis, Peter Bertrán y Kelly Williford triunfaban en dobles mixtos tenis, a la vez que Nick Hardt, hacía lo mismo en individual.
Así llegaron al 5 de julio, cuando primero Alexander Ogando en los 200 metros planos y después el elenco de baloncesto masculino añadieron las medallas 13 y 14.
Horas después, en una pletórica para Quisqueya, la bachata y el merengue sonaron de lo lindo en suelo centroamericano, pues Eduardo Lorenzo en tiro, Rosa Angelica Ramírez en impulsión de la bala, María Dimitrova en Kárate, Bernardo Pie en Taekwondo y Marileidy Paulino en los 400 metros planos, aportaron cinco metales dorados para llegar a 19 y en ese instante soñar con como nunca antes con ese quinto lugar.
Las cosas no pararon ahí, pues en hora tempranas del día 7, el canotaje arrojó la dorada 20 y la número 100 de la comitiva criolla, siendo secundados casi al unísono por el dueto de Nick Hardt y Robert Cid, quienes lograron llevarse el título en la final de la Copa de Naciones.
De esta manera, cuando agonizaba la penúltima jornada, la talentosa Marysabel Senyu sorprendió a todos con la corona en el salto de altura.
Y el milagro se dio…
Solo un milagro podía propiciar que el día del adiós, Dominicana consiguiera al menos 3 medallas de oro para superar a Puerto Rico en el escalafón general de estos juegos múltiples…hacía falta un milagro y sucedió…
Primero fue el karate, disciplina que de los puños de Anel Castillo y Pamela Rodríguez le dio las medallas 23 y 24 al país.
Ni en la mejor ficción se hubiera pensado un cierre así, con Dominicana y Puerto Rico dirimiendo el oro en el voleibol femenino…las Reinas del Caribe no podían fallar y no fallaron.
La hora de las Reinas
El seleccionado de voleibol femenino se agenció la corona número 8 en estos certámenes y con esa medalla 25, el representativo quisqueyano concluyó una de las grandes gestas deportivas de los últimos tiempos.
Ahora toca mirar al futuro, hacia Santo Domingo 2026, pero antes, con los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile a la vuelta de la esquina, hay motivos suficientes para creer.
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