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La situación de Julius Randle en los New York Knicks está generando crecientes interrogantes. A pesar de haber sido un All-Star en tres de las últimas cuatro temporadas, su ausencia en la parte crucial del curso anterior no impidió que los Knicks cerraran la campaña con fuerza. Esto ha llevado a algunos a preguntarse si Randle es tan indispensable como se pensaba y, en consecuencia, a especular sobre la posibilidad de un traspaso.

Sin embargo, según el periodista Fred Kratz de The Athletic, este escenario enfrenta un problema en el mercado. Ningún equipo parece valorar a Randle tanto como lo hacen los Knicks, lo que crea una disparidad entre lo que la franquicia de Nueva York cree que merece recibir a cambio y lo que otros equipos están dispuestos a ofrecer. Esta brecha hace difícil llegar a un acuerdo beneficioso para los Knicks, quienes tampoco están en la posición de tener que desprenderse de él a toda costa.

A pesar de que Jalen Brunson ha emergido como el líder indiscutible del equipo, Randle sigue siendo un jugador capaz de marcar la diferencia. La temporada pasada, aunque limitada por lesiones, vio al ala-pívot promediar 24 puntos, 9,2 rebotes y 5 asistencias en los 46 partidos que disputó. Su capacidad para anotar y generar juego desde la pintura sigue siendo una pieza clave en la ofensiva de los Knicks, especialmente en un Este que se fortalece cada año.

De cara a la nueva temporada, Randle tiene la oportunidad de reafirmar su valor tanto para la franquicia como en el mercado. Si puede recuperar su mejor nivel, su presencia podría elevar aún más las aspiraciones de los Knicks, quienes buscan consolidarse como un contendiente en la Conferencia Este. Por el momento, su futuro en Nueva York sigue siendo incierto, pero está claro que la franquicia no tiene intención de “malvender” a una de sus estrellas.