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En el seno de los Denver Nuggets, existe una creciente preocupación sobre el estado físico y el rendimiento de Jamal Murray. Aunque el base canadiense ha demostrado ser una pieza fundamental para el equipo, su historial de lesiones y falta de consistencia lo han alejado de convertirse en un All-Star o parte de los equipos All-NBA, un reconocimiento que muchos creen que podría alcanzar. Sin embargo, este problema, que históricamente no había afectado su desempeño en playoffs, ha comenzado a ser evidente tanto en la postemporada como en los recientes Juegos Olímpicos de París.

El presidente de la franquicia, Josh Kroenke, ha expresado su preocupación: “Sabía que no estaba al 100% en los playoffs y los JJ.OO.”, comentó Kroenke, señalando que las lesiones, en particular la de su tobillo, y la fatiga acumulada durante las últimas temporadas han sido factores clave en el rendimiento irregular de Murray. “Devolverle a su mejor forma es crucial para ver al Murray que hace triples-dobles en las Finales de la NBA”, añadió el directivo.

Murray, quien fue pieza clave en la obtención del título en la temporada 2022-23, no ha podido replicar su nivel en las competiciones más recientes. A pesar de su frustración por no haber estado al máximo nivel en los Juegos Olímpicos, Kroenke confía en que su jugador utilizará esta experiencia como motivación para la próxima temporada. Además, el equipo está enfocado en trabajar en la extensión de contrato del canadiense, quien es elegible para un nuevo acuerdo este verano.

La situación de Murray no solo afecta su rendimiento individual, sino que también podría influir en las aspiraciones de los Nuggets para defender su título en la NBA. Con la salud del jugador siendo una prioridad, el cuerpo técnico y los directivos deberán gestionar cuidadosamente su carga de trabajo para evitar mayores complicaciones y garantizar que Murray regrese a su mejor nivel para la campaña 2024-25.