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Kyle Kuzma, ahora jugador de los Washington Wizards, ha roto el silencio sobre su sorpresiva salida de Los Angeles Lakers en 2021, una decisión que aún deja huella en su carrera. Tras la eliminación en la primera ronda de los playoffs contra los Phoenix Suns, Kuzma fue incluido en un intercambio masivo que involucró a Montrezl Harrell, Kentavious Caldwell-Pope y una selección de primera ronda del draft, todo en un esfuerzo por adquirir a Russell Westbrook. Un movimiento que, en retrospectiva, no brindó los resultados esperados para los Lakers.

“Fue muy difícil para mí porque sentí que el equipo se dio por vencido demasiado pronto”, confesó Kuzma en una entrevista reciente. “Rob Pelinka entró en pánico. Pero así es la NBA, las cosas cambian muy rápido y nunca sabes lo que sucederá después. Fue un momento muy, muy duro para mí”.

El equipo angelino, que venía de conquistar el título en la Burbuja de Orlando en 2020, terminó la temporada siguiente con un récord de 42-30, ubicándose séptimos en la Conferencia Oeste. A pesar del éxito reciente, la eliminación en playoffs y la presión por maximizar las oportunidades durante la etapa de LeBron James llevó a Pelinka a tomar decisiones drásticas, como deshacerse de Kuzma, quien acababa de firmar una extensión de contrato por tres años y 40 millones de dólares en diciembre de 2020.

Kuzma, quien fue una pieza clave en el campeonato de 2020, promedió 15,2 puntos, 5,6 rebotes y 1,9 asistencias en 29,7 minutos por partido durante su tiempo en Los Ángeles. A pesar de ser un jugador joven con potencial para seguir creciendo, su salida fue parte de una estrategia para reestructurar la plantilla en torno a James y Anthony Davis. Sin embargo, la llegada de Westbrook no cumplió con las expectativas y los Lakers continuaron luchando por encontrar la química adecuada en la cancha.

Hoy, Kuzma sigue siendo una figura importante en los Wizards, donde ha tenido la oportunidad de brillar en un rol más prominente. Aun así, la sombra de lo que pudo haber sido en Los Ángeles sigue presente, y su historia es un recordatorio de la volatilidad y rapidez con la que pueden cambiar las circunstancias en la NBA.