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Dicen que cada cierto tiempo, la historia se vuelve a repetir y allá en Saint Petersburg, en el sur de Estados Unidos, en pleno corazón de la Florida, la gente se aferra como nunca antes a esa idea.

Se ha ido un mes y poco más desde que arrancó la nueva temporada de Grandes Ligas y los Rays de Tampa Bay están siendo los claros protagonistas, al menos en este comienzo y en este punto, con la perspectiva del eterno retorno como telón de fondo, resulta imposible no evocar los recuerdos de antaño, la Serie Mundial en 2008 y hace tres años en 2020, aquel sexto juego frente a los Dodgers, también en un Clásico de Otoño.

El presente

¿Repetirán en 2023? emerge la interrogante y algunos se atreven a ir más allá, con los chicos de Kevin Cash llenándose de gloria, pero dejémoslo ahí, que los hechos terminen dictando sentencia.

Es la película de los Rays y entre las historias que le van dando forma a esta épica de tintes colosales, descolla una, la historia de Shane McClanahan.

Están Randy Arozarena, Wander Franco, Yandy Díaz, Josh Lowe y Luke Raley por solo mencionar, pero sin lugar a dudas, la estela que va dejando el talentoso zurdo, adquiere mayor connotación.

El increíble McClanahan

Algunos se sorprenden con esta versión de McClanahan, pero en lo personal, lo veo como la continuidad del excelente trabajo que el serpentinero viene haciendo en los diamantes de Las Mayores desde su debut, cuando acabó séptimo en la votación para el Novato del Año, luego de compilar un récord de 10-6, con una efectividad de 3,43 en 123,1 tramos.

Ya en 2022 fuimos testigos del preámbulo de esto que acontece hoy ante nuestros ojos, cuando el zurdo legó forja de 12-8, con 194 ponches en 166 marcos y una efectividad de 2,54.

Un paso arrollador

Era la pauta, sin embargo, en este 2023, Shane McClanahan ha ido más allá, siendo mejor en cada salida, consistente, dominante hasta los límites que solo él puede ser capaz de imponerse. Ha sido así en Tropicana Field, en PNC Park y ayer en Maryland, en el mítico Camden Yards, contra los Orioles, refrendó con creces su condición.

Lanzó seis innings impecables, a ritmo de cuatro hits, con cuatro bases por bolas concedidas y siete ponches para agenciarse su séptima victoria de la campaña y desde ya plantar bandera ante el imponente avance de Gerrit Cole.

La consagración

Con su labor, tal como reseña MLB Stats, McClanahan entró a los libros de historia de la franquicia, al emular a Matt Moore (2013) y Charlie Morton (2019), como los únicos en ganar durante sus primera siete salidas.

En 8 juegos trabajados, tiene forja de 7-0, con efectividad de 1,76 y 58 ponches en 46 capítulos de actuación.

Es la campaña de su consagración en MLB y a los 26 años, Shane McClanahan lo tiene todo para reescribir la historia y hacer soñar otra vez a la gente allí en Saint Petersburg… ¿usted que cree?