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Surrealista, allí en una de las cunas de la civilización occidental, en la meca de la nostálgica Europa, una criolla, mezcla de español, con africano, con indio, con francés; una criolla le volvía a mostrar su clase al mundo.
Fue en París y sucedió hace solo unas horas y todavía con el paso del tiempo, resulta imposible no hablar, evocar siquiera lo ocurrido a orillas del río Sena…
De Don Gregorio para el mundo
Era Marileidy Paulino de regreso en las pistas, Marileidy Paulino esa dominicana que es ya casi universal, pero nació en Don Gregorio y en su estampa lleva impregnado el carisma y la humildad propia de la gente de aquellos parajes.
Cincuenta semanas después, Paulino llegó a la urbe francesa comandando el Ranking Mundial y con el aval de haber sumado a su notable hoja de servicios, el oro en la primera parada de Liga del Diamante, efectuada en Doha, capital de Qatar, estableciendo un registro de 50,51, para después en Los Ángeles, destrozar su mejor marca al parar los cronómetros en 48,98.
En eso pensaban todos este viernes cuando en el legendario Stade Charléty se corrieron las cortinas de la cuarta parada de Liga del Diamante 2023, sin embargo a pesar de que los medios hablaban del ritmo avasallador de Paulino, de su condición de subcampeona mundial y olímpica, la mayoría se enfocaba en lo que podría suceder con la sensacional Sydney McLaughlin-Levrone, recordista mundial y olímpica en los 400 metros con vallas que en territorio galo haría su estreno oficial en los 400 metros planos.
Un final épico
En menos de un minuto se definió todo y aun vibramos de emoción acá en Quisqueya, tras rememorar ese cierre atronador de Marileidy para dejar sin opciones a la norteamericana.
Fue un remate brutal que desechó todas las teorías y borró de súbito ese potente arranque de McLaughlin-Levrone, el mismo que hizo suponer que sí, que la norteña destronaría a la antillana y también campearía por su respeto en esta modalidad.
Con un 49,12 que representó nuevo récord para el Meeting de París, Paulino mantuvo su hegemonía, relegando el 49,71 de McLaughlin y de igual modo el 49,95 de Salwa Eid Naser.
Es una realidad
Ahora, hay un hecho que no debemos obviar en medio del frenesí por el nuevo triunfo de nuestra compatriota y es que la discípula del legendario Bobby Kersee demostró en la pista que puede imponer su fuerza en los 400 planos y como aseveran muchos entendidos apuntar en serio al mítico récord de la alemana Marita Koch de 47,60, establecido allá por 1985.
La explosividad en la arrancada, la contundencia con sus zancadas y una cadencia casi perfecta dejan entrever que, de hacer someros ajustes en su técnica, además de asumir el enfoque requerido para una carrera de 400 metros planos, Sydney McLaughlin-Levrone puede ser la aguafiestas en este verano, allá en Budapest.
Cuando restan poco más de dos meses para que en la capital de Hungría, de inicio la nueva justa del orbe; McLaughlin-Levrone es el gran reto que ahora mismo se interpone entre Marileidy Paulino y la tan anhelada corona mundial… así de simple, ¿usted qué cree?
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