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Llegó y enseguida, como siempre, acaparó la atención de todos. Entonces rió, bromeó con la prensa respecto a la última eliminación ante los Astros de Houston, todos rieron, lucía diferente, pocos se habían percatado del cambio, pero al rato, se pudo notar el nuevo corte de cabello.

La risa de Cole, los gestos, el cabello y esa sensación que deja lo nuevo marcando la pauta. Era Gerrit Cole, otra vez en un primer día dentro de los campos de entrenamientos de Yankees y tras los compases iniciales, muchos hablaron de un nuevo Cole, más maduro quizás, enfocado a cabalidad en cumplir su misión en el Bronx, esa que le exige ganar campeonatos.

Fue la comidilla, no podía ser diferente, los Mulos han buscado cambiar la cara para 2023; aseguraron a Judge, también a Rizzo y dieron un golpe de autoridad al acordar con Carlos Rodón, pero de igual modo, todos y hasta él sabe, que buena parte de las aspiraciones para esta zafra pasan por lo que pueda hacer desde la lomita Gerrit Cole, de modo particular en octubre.

Antes

La historia en el Bronx comenzó en 2020, los recuerdos están bien frescos, atrás quedaba el PNC Park y Pittsburgh, también el Minute Maid Park y Houston, así, el niño que desde pequeño prometió amar a los Yankees para siempre, logró concretar su sueño.

Nueve años y 324 millones, uno de esos pactos que son para toda la vida; ganó 7 juegos, luego 16 y después 13, siempre dando la idea de cumplir en parte las expectativas, pero en playoffs, quedaba a deber, no era esa figura capaz de marcar la diferencia.

La deuda de Cole

Ha sido así, nunca se ha podido hacer justicia a la hora buena, en una primera parte frente a los Rays, después en los Comodines ante Boston, más tarde en la Serie de Campeonato ante los Astros de Houston.

Como si de una saga literaria o cinematográfica se tratase, han sido tres partes bastante similares en cuanto al resultado final y en este punto ya adentrados en el cuarto año de Gerrit Cole con el uniforme a rayas, muchos se preguntan, qué vendrá?, ¿ a qué Gerrit Cole veremos en acción?

Habrá drama, también suspenso, Cole sigue siendo el uno, el referente del staff de abridores pero cierta presión, de manera sigilosa comienza a abrirse paso con la presencia de Carlos Rodón y esto le sube la parada al estelar.

En esta cuarta parte, Cole podría  ponchar a 300 o más, ganar 20 o más juegos y hasta ser la figura en la Serie Divisional, como en 2022, pero eso no será suficiente, la gente en el Bronx pide a gritos el anillo, el tan ansiado anillo 28 y si es con Gerrit Cole de protagonista, mejor…