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Si alguien sabe de usar su velocidad en los senderos de la pelota invernal dominicana ese es sin lugar a dudas Yefri Pérez, amo y señor del robo de bases en la LIDOM que registra 38 estafadas en 47 intentos en su carrera dentro del circuito nacional. Por esa razón, es pertinente prestarle atención a sus palabras sobre el nuevo reglamento que comenzará a regir a partir de la temporada 2023-2024 en Quisqueya, ya que esto afectará directamente a su particular y agresiva forma de correr las almohadillas.

El hombre que también puede presumir de un par de anillos de campeonato con las Águilas Cibaeñas (2017-2018 y 2020-2021) sabe que su función principal en el equipo rapaz es la de salir a hacer las veces de corredor emergente en momentos cumbre de los cotejos, así que no es de extrañar que no deje pasar por alto la nueva particularidad del béisbol en la cual los lanzadores tienen un máximo de 15 segundos para realizar su envío y, al mismo tiempo, sólo 2 oportunidades para abandonar la goma y/o virarse hacia las bases.

Ante esto, el toletero que vistió la casaca de los Marlins de Miami en las Grandes Ligas durante un puñado de juego en el 2016 manifestó lo siguiente: “Cada vez que el dirigente me llame estaré listo para ayudar al equipo, si necesita de mí en cualquier circunstancia del partido, estaré disponible, porque la meta es ganar”. Asimismo, añadió: “Considero que, aunque tengamos estas ventajas (las nuevas reglas), la defensa también hace sus ajustes; pitcher y catcher tienen un plan de trabajo, cuando saben que puedes robar, uno no sale a lo loco a correr”.

Por otra parte, es preciso aclarar que ya Pérez sabe lo que es jugar con estas nuevas condiciones e incluso, hacerlo con éxito, puesto que viene de jugar la Atlantic League, un circuito estadounidense independiente que las puso en práctica y en el que 35 cojines en 42 atentados. “lo importante es mantenerse positivo y confiar en que las cosas van a salir bien y, si salen mal, hacer los ajustes necesarios para volver a intentarlo”, enfatizó el utility.

Por último, se mostró alegre de regresar a su patria para vestir por décima zafra los colores del equipo de sus amores: “Sé que en el béisbol no hay nada seguro, pero tenía la esperanza de que retornaría a las filas del equipo con el cual he jugado toda mi vida”.